Ayer tuvo lugar la segunda reunión informal del grupo «Diseño Cívico».
La doctrina del shock —esa estrategia que aprovecha la crisis para imponer cambios antidemocráticos— encuentra en 2030 una barrera inesperada: ciudadanía preparada. Ante pandemias, desastres climáticos o crisis económicas y energéticas, las comunidades responden con redes de protección colectiva.
Antídotos locales
1. Bancos de tiempo.
- Intercambio de habilidades (médicos por abogados, profesores por agricultores...) que debilitan la dependencia de sistemas vulnerables.
2. Periodismo de barrio
- Plataformas vecinales que verifican datos en tiempo real, evitando el pánico infundado.
3. Protocolos vecinales.
- Manuales accionables para crisis (Si cortan el agua, aquí están los pozos comunitarios).
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Imagen: Canva |
Ejemplo práctico
En España, cuando un apagón afectó a todo el país en 2025, los vecinos usaron un sistema de alerta por balcones:
- Color rojo: Necesito ayuda.
- Color verde: Puedo ayudar.
En 3 horas, nadie estuvo solo.
Claves éticas
- Transparencia radical: Todas las decisiones sobre recursos comunes se toman en asambleas con streaming público.
- Memoria histórica: Archivos comunitarios que registran cómo se superaron crisis pasadas (En 2020 hicimos X; en 2024 mejoramos Y…).
Conclusión
La mejor defensa contra el shock no es un líder salvador, sino telarañas de confianza tejidas en tiempos de calma. Cuando el próximo tsunami político, climático, energético… llegue, ya tendremos las balsas preparadas.
El miedo es un mal arquitecto (graffiti en el muro de un Banco Central, 2030).
🛡️ Acción inmediata: Hoy mismo, pregunta a vecinos: ¿Qué necesitaríamos si mañana no hay luz ni internet? La respuesta es el primer paso.
IA: DeepSeek
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